Teniendo en cuenta que es del 49 supongo que habréis tenido tiempo sobrado de ver El Manantial, pero ni siquiera haberla visto ya es una razón válida para prescindir de buscarse una copia ahora mismo y verla, VERLAAA. Porque nunca está de más un poco de felicidad, de intensidad.
Es como cuando atraviesas un bosque al anochecer (que no atardecer) y las sombras se mueven y todavía no han desaparecido los colores y sabes que se te haría un nudo en las entrañas de puro miedo si no fuera porque hace rato que perdiste el aliento de emoción, sobrecogimiento y pasmo; como cuando las cosas eran raras y bonitas y daban miedo y daban risa de tan por estrenar que parecían.
lunes, noviembre 19, 2007
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