sábado, abril 30, 2005

Soltera y madre en la vida es uno de los nombres que me van este puente. El otro sería Rodríguez o Ama de Llaves o algo así. Me han adjudicado dos casas: una es el sólido y confortable hogar familiar y la otra un céntrico y coqueto micropisito, ambas con bicho dentro. Así, tengo que repartir mi tiempo entre mi perro epiléptico y un adiposísimo gatito que para ir abriendo boca ha empezado las relaciones deshilachando mi mano a zarpazos mientras me dormía Metrópolis tirada en la cama (y es que curiosamente mi misión no es quitarle las cacas ni cambiarle el agua como podría pensarse, sino jugar con la mole sicópata esa para que no languidezca). Mi vida sigue siendo pura emoción, trepidante incluso, ya apenas se me nota la lobotomía ni nada.

Ilustraría todo esto con uno de mis bonitos y egóticos (¿EGO-ticos?¿e-GÓTICOS?) dibujos, pero temo que he sufrido un accidente y mis carnes ya no verdean más, tengo hasta pequitas. Y no queremos convertir a la pequeña Shirley en una Brenda17 cualquiera ¿verdad que no? Eso la mataría.

jueves, abril 21, 2005


¿Soy yo la única que tiene miedo a que le quiten lo bailao?

Nota de la autora: esta representación es una dramatización de mí misma, lo que incluye licencias como prescindir de boca y nariz o sacar la rubia que hay en mí. Asimismo, los ojos los mantengo abiertos en mi día a día, me gusta integrarme y eso hace las cosas más fáciles. Dado lo especial de la ocasión me he peinado decorosamente los cabellos y me he cortado las uñas de los pies.

sábado, abril 09, 2005

Esto va a ser seguramente muy corto. Estoy un poco borracha y un bastante consternada. Y comiendo queso con galletas.
Hoy una cosa rubia y con perilla ha flirteado conmigo. Y yo como soy tremendamente cortés he contestado a sus estupideces. Estoy hablando en serio, no me quiero hacer la resabiada-amargada, creo que no habría motivos para ello. Luego me ha pedido mi nombre y yo no se lo he querido dar porque de haberlo hecho seguro que habría seguido estupideando, y seré una cagona que no gruñe a cada desconocido que se encuentra, pero esas cosas me dan fatiga. Ha sido en ese punto cuando me ha dicho que le he decepcionado-creí-que-ibas-a-ser-una-tía-interesante.
Y yo me cago en casi todo.
A alguien así se le pueden decir mogollón de cosas chulas y yo no lo he hecho; le he sonreído y le he llamado borracho porque todos sabemos que soy una tartaja de mierda y meterme en filigranas es contraproducente.
¿Debería importarme? no, pero es la única cosa que me ha pasado después del último mes de convalecencia y me aturullan las novedades, ¿debería sugerirle que perdiese el tiempo con insectos de su clase? ..., debería buscarme un logopeda. Por otra parte seguro que si el mesenyer estuviera más poblado a estas horas, no postearía estas cochinadas.