jueves, octubre 21, 2004



He tardado pero al final he visto Olvídate de Mí gracias a la descoordinación de los señores del economato de mi facultad o a mi imprevisión. Qué monada de película, tan moderna, salvaje y distinta ella, tan culto e introspectivo él. Además dibuja, una pasada.

A la salida del cine no tenía más que esto en la cabeza: look de gordita buscona que tanto excita look de gordita buscona que tanto excita look de gordita buscona que tanto excita... seguramente he leído ese post más veces de las necesarias y como soy muy respetuosa con las cosas que excitan a los demás pues me callo, de hecho tengo un padre al que le excitan las bizcas y diariamente le doy las gracias al Señor por darle luz a mi vida, pero es que ese gordita me turba (y aquí dejo hueco para que dejéis volar vuestra imaginación en encendidos alegatos contra lo que queráis, que seguro que tenéis más gracia que yo ganas).

Como conclusión digo que me joden los modernos, que mira que a mí me gusta todo, pero que en todas las horas que pasé en mi infancia delante de las cajitas de caramelos de love is... que se amontonaban junto a la cola del súper, nunca jamás fui capaz de dilucidar quien coño era el consumidor tipo, que yo desde luego no. Ni ninguno de mis compañeros. Algunos eran verdaderamente escalofriantes. Entonces ¿tendré que ir comprándome una camiseta de Jar Jar Binks para tener algo que me identifique como moderna cuando cumpla los cuarenta o seguirá siendo cutredecadente y punto?

martes, octubre 12, 2004

Hoy puede ser un gran día



El caso es que yo podría ser de esas personas que no hablan para no tener que escuchar. O de las personas que no paran de hablar para no tener que escuchar. Vaya, que podría ser. Quizá en otra vida.

Lo malo de ser medio tolai es que en cualquier conversación y sin apenas provocación de la otra parte puedes adoptar el papel de poli malo y escucharte decir memeces mientras te gritas desde las gradas: “¡¡pero maite, nena, no digas eso por el amor del cielo, si ni siquiera lo piensas!!”. Evidentemente no te escuchas, es lo malo.

Con lo que mola la ropa ¿por qué hay que llevar tan poca? ha cerrado sesión. Por eso escribo con mitones, la virgen qué frío hace.

Lo bueno (aunque quizá también tenga algo que ver la dieta de polvos de poliuretano con teflón a la que me someto, toda todita por la napia, snif, snif) es que basta con que hoy sea hoy y yo esté con todas mis terminaciones nerviosas a punto y el otoño me convenza de que soy mami Naturaleza para que no importe nada más que bajarme a dar vueltas a la manzana corriendo como una demente. O estimular mi secreción de saliva para ahogar con besos e inconexas explicaciones de por qué Poesía Eres Tú a las próximas 370 personas a las que me arrime. De momento tengo todos mis Alpino recién afilados, listos para matar. ¿Alguien quiere un abrazo?