Que Alguien Me Dé Unas Castañuelas.
O cómo canalizar este torrente parkinsoniano de energía.
Evidentemente después de semanas sin tiempo para dedicar a esa ociosidad que tan bien se me da lo único que se puede hacer es perder el control, y ahora todo lo que quiero es emborracharme y que parezca que es adrede, o reventarme la mano con una tabla para que la culpa deje de ser mía, por el amor de dios, que la llevo en el bolsillo y parece que me está vibrando el móvil. Y me la he reventado. Tengo edad para ir sola a los sitios y para dejar de fingir que nada me importa y para dejar de fingir interés, y lo único que hago es lo de ir sola.
O cómo canalizar este torrente parkinsoniano de energía.
Evidentemente después de semanas sin tiempo para dedicar a esa ociosidad que tan bien se me da lo único que se puede hacer es perder el control, y ahora todo lo que quiero es emborracharme y que parezca que es adrede, o reventarme la mano con una tabla para que la culpa deje de ser mía, por el amor de dios, que la llevo en el bolsillo y parece que me está vibrando el móvil. Y me la he reventado. Tengo edad para ir sola a los sitios y para dejar de fingir que nada me importa y para dejar de fingir interés, y lo único que hago es lo de ir sola.