Aunque este verano no he hecho prácticamente nada por aquello de mi tendencia natural a la catatonia y la falta de participantes dispuestos a disfrutar un verano a tope y sin dineros en la capital (y de alguna manera los que sí podían siempre acababan decantándose por ir al cine o quedarse costreando en el sofá con el/la churri), algo sí que he hecho. Cosas sencillas como asistir al Día de la Patria Colombiana que se celebraba a mediados de Agosto en Lavapiés, o ir a alternar con bailarines impecables a sitios chulos con imitadores de Elvis donde mi hermana y yo bailábamos a los Ramones como quien ha vendido su alma a las Azúcar Moreno. Un despropósito. Al menos no éramos Fernando León castigado cara a la pared durante toda su cerveza para que pudiéramos ver que en la parte de atrás de su camiseta ponía princesas. Muy fuerte. De verdad.

- ¿Sabes cuando te despiertas llorando y te vas a que te arranquen dos muelas y te desmayas y son muy amables contigo hasta que te pones a llorar inconteniblemente y te meten en el ascensor y te mosqueas porque es muy raro que estando en un primero tardes tanto en llegar abajo hasta que te abren en el piso 13 porque no le habías dado al botón distraída mirando la pantalla de tu móvil intentando adivinar a quién le has mandado "hermanuska ven a buscarme al matadero-me muero ¿sabes cuantos litros de sangre puede tragar una persona antes de vomitar?"?. Pues así estoy yo hoy, que me doy una pena que me cago.
- ¿tienes la regla?
- ete a cagar.

Mi óleo más masculino hasta la fecha. Si todos mis cuadros hasta el día de hoy eran como un paquete de algodones desmaquilladores de colores, este me ha salido como un pijama de franela bien gorda y recién sacada de la calefacción (de una calefacción calentita). Esto puede deberse a varios factores:
-el primero es que he pintado la catedral de la Almudena, con sus torres, el sol incidiendo a medio día y el espíritu en ristre de generaciones de estudiantes con mocasines haciendo presión contra mis pinceles.
-el segundo es que ha sido pintado dentro de un periodo de vigilia de 36 horas (y sigo contando). Mi percepción está alterada y me siento reumática. Quiero un edredón y un colacao.

Y podía haber más, pero lo vamos a dejar ahí. Quiero un edredón y un colacao, y los quiero ya.

Cuaderno de Bitácora:

A las 23:20 horas del día de hoy un cocker spaniel de color canela y tamaño mediano llamado Boogie me ha masticado el gemelo. En consecuencia, los dueños del cocker le han arreado, mi perro ha vuelto a casa sin cagar y mi gemelo está acojonado.
Un poco antes, como dos semanas atrás, mi madre ha encontrado, en plena limpieza de primavera, una pila de trípticos con información al consumidor emitidos por la Comisaría General de Abastecimientos y Transportes. Que no es poco. Los dibujines son un primor.

Y eso es todo. Estoy estudiando, de veras.