Mi óleo más masculino hasta la fecha. Si todos mis cuadros hasta el día de hoy eran como un paquete de algodones desmaquilladores de colores, este me ha salido como un pijama de franela bien gorda y recién sacada de la calefacción (de una calefacción calentita). Esto puede deberse a varios factores:
-el primero es que he pintado la catedral de la Almudena, con sus torres, el sol incidiendo a medio día y el espíritu en ristre de generaciones de estudiantes con mocasines haciendo presión contra mis pinceles.
-el segundo es que ha sido pintado dentro de un periodo de vigilia de 36 horas (y sigo contando). Mi percepción está alterada y me siento reumática. Quiero un edredón y un colacao.
Y podía haber más, pero lo vamos a dejar ahí. Quiero un edredón y un colacao, y los quiero ya.
-el primero es que he pintado la catedral de la Almudena, con sus torres, el sol incidiendo a medio día y el espíritu en ristre de generaciones de estudiantes con mocasines haciendo presión contra mis pinceles.
-el segundo es que ha sido pintado dentro de un periodo de vigilia de 36 horas (y sigo contando). Mi percepción está alterada y me siento reumática. Quiero un edredón y un colacao.
Y podía haber más, pero lo vamos a dejar ahí. Quiero un edredón y un colacao, y los quiero ya.