Teniendo en cuenta que es del 49 supongo que habréis tenido tiempo sobrado de ver El Manantial, pero ni siquiera haberla visto ya es una razón válida para prescindir de buscarse una copia ahora mismo y verla, VERLAAA. Porque nunca está de más un poco de felicidad, de intensidad.
Es como cuando atraviesas un bosque al anochecer (que no atardecer) y las sombras se mueven y todavía no han desaparecido los colores y sabes que se te haría un nudo en las entrañas de puro miedo si no fuera porque hace rato que perdiste el aliento de emoción, sobrecogimiento y pasmo; como cuando las cosas eran raras y bonitas y daban miedo y daban risa de tan por estrenar que parecían.

Esto no es tan grande como parece, es mi armario, Mario, Mario, del que llevo dos días sin salir. 65x85 cm. Espacio suficiente para... para casi nada en realidad. Si acaso para que se te chunguen las rodillas y tus padres empiecen a planear meterte en el ejército. En Flickr la imagen es bastante más grande, así que pinchen, pinchen.

A Shirley ya la conocéis. Fotofobia y cursilería a partes iguales. Y se peina frotando la cabeza contra una almohada, como los electroduendes.
Lo otro es sólo abundar en lo mío con las cocinas.

Éste, no hace falta decirlo, es el informático gilipollas. Le cuesta asimilar las cosas físicas.

Si le hubieran dicho que es un alfiletero probablemente no andaría por ahí contando que es un bodyartista recién llegado de las estepas mongolas.

Vincent Presley


Ocupación: portero de finca urbana.
Habilidades: le arranca las mangas a toda su ropa. Tiene el pelo como don Manolo el de Almacenes Manolo y ojos de topillo.
Trivia: Una vez soñé con él, vestido de raso color crema y con pantuflas republicanas cantando el love me tender sobre unas mesas de comedor escolar.

Heredé de mi abuela una piscina modelo barrio de Salamanca opusino. Los hombres y las mujeres se bañan por separado y ojito con que se te vea una teta. Es como un mausoleo inmóvil y silencioso lleno de momias churruscadas en aceite de coco.
Y en un par de días lo coloreo, sí.

Que Alguien Me Dé Unas Castañuelas.
O cómo canalizar este torrente parkinsoniano de energía.

Evidentemente después de semanas sin tiempo para dedicar a esa ociosidad que tan bien se me da lo único que se puede hacer es perder el control, y ahora todo lo que quiero es emborracharme y que parezca que es adrede, o reventarme la mano con una tabla para que la culpa deje de ser mía, por el amor de dios, que la llevo en el bolsillo y parece que me está vibrando el móvil. Y me la he reventado. Tengo edad para ir sola a los sitios y para dejar de fingir que nada me importa y para dejar de fingir interés, y lo único que hago es lo de ir sola.

No tengo ni tiempo ni ná. Sólo sueño.

Voy por la calle y los obreros me silban. El Puente sobre el Río Kwai, concretamente, que últimamente camino como si me hubiera desayunado al Sargento de Hierro.

Pasé ayer tantas horas en MS DOS que no podía pensar en otra cosa que no fuera sexo o chistes de ewoks. Hasta cuatro veces formateé mi ordenador. Una por año que he pasado sin hacerlo, y todo sin pasar por la casilla de salida y sin cobrar dosmil, vamos que mi XP y yo estamos con una mano delante y otra detrás, sin el Photoshop, mis trabajos o mis favoritos. He crecido lo menos 3 centímetros de puro libre y la lista del emule a la mierda. Y sí, esta vez se acabaron los tapices de escritorio, los iconos personalizados y las chuminadas, lo único mis cursores, que me quitan la tortícolis.

Pero qué bien.

Últimas noticias.

El viernes el viento tiró un árbol en la puerta de mi casa y precintaron la entrada. Sigue ahí.
Me he perdido los carnavales, Arco, una excursión campestre y numerosas propuestas lúdicas.
En realidad me lo he perdido todo, hasta las rebajas. Llevo 3 semanas tirada en la cama sin hablar, escuchar o pensar, sólo durmiendo y por lo que se ve accediendo a ésta, mi cuenta de blogger en un momento febril y cambiando mis datos de acceso. He tenido 10 minutos enteritos para sentirme como Matthew Broderick en Juegos de Guerra.

La foto es del jefe, el monigote de la casa.

Y eso, que nos vamos a cagar cuando llegue Marzo.

Mamicircuitos

toda la semana disgustada pensando que iba a tener que hacer como cuando fui a la pelu del Corte Inglés, que me pasé tres meses con un collar de perro para compensar. Pero nada que hacer, que la que pa moña está apuntá...
Al menos ésta parece que está rellena de muelles, estopa y guisantes del Gigante Verde, no de algodoncito y suspiros. Ya veremos si antes de terminarlo consigo reprimir el impulso de poner una bandeja con pastelillos de grosella.

A todo esto mis constantes vitales cada vez menos constantes y menos vitales. Un primor.

Esta vez un bonito motivo religioso.

La madonna del pescado agónico.
Qué sueños, leñe. ¿quién quiere irse a dormir sabiendo que se arriesga a encontrar un pescado boqueante y estresado cada vez que se mira las manos?
Afortunadamente mi vecino bakala me explicó que dándoles de comer un poco de turrón quedaban hechos un toro.
O mejor dicho un gato.

Ey, soy una chica con un blog en tonos pastel que dibuja gatos y cuenta sus sueños. Vosotros ya lo sabíais, pero yo me acabo de topar de morros conmigo misma. mierda.

Y van dos



El otro día soñé que perseguía a un ornitólogo. Anoche me perseguían a mí. Eran los Ñetas.
Esta noche paso de vasito de agua en la mesilla. Mejor un Isostar.

Maestro de marionetas


Ey, mi primer dibu a photoshop y wacom. Qué emocionante. Se nota, pero es mío y le quiero. Si ya me lo decía la Mesa, que muy mono, pero que estaba claro que yo no veía la luz.
...
Y me encantaría poder decir que ya os lo advertí.

De todos es sabido que me gusta la Navidad por la vida, que soy de Reyes Magos más que de Papá Noel porque eso alarga las fiestas una semana y que me pongo campanitas en las orejas para jingelbellear a gusto y que todo el mundo sepa que soy abrazable, pero no por eso me agarro a ellas inconsistentemente como una niña tonta. Sé que las cosas tienen que acabar y lo demás es nigromancia. Si no fuera así no llegaríamos nunca a la siguiente casilla. O caseta. Si no fuera así jamás llegaríamos a la Feria de Abril, y a Dios pongo por testigo de que ya está aquí, desde esta mañana en la casa del vecino. Eso es empezar el año con buen ánimo (y con rebujitos, palmoteos y taconeos).
Y lo demás, leches.

Il Divo

Un día me van a parar y voy a tener que dar unas explicaciones que no tengo por ir por la calle con un orfeón completo escondido en mi maleta.
Por lo demás todo estupendo, mi horóscopo me dijo ayer que de esta semana no pasa, que en los próximos siete días sin falta superaré todos mis traumas infantiles.

He empezado el año con el amigo invisible, pero no Tyler, el otro, el que considera que un cerdo repujado es el mejor regalo para una chica. Aunque eso era parte de la diversión; como lo de regalar un libro a un chaval que cuando lo de los cerebros le pusieron una babosa muerta a los mandos. Pero juro que cuando le he mirado a los ojos he visto al fondo a esa babosa zombi mirarme halagada, consciente de que había cometido un error pero sintiendo que ganaba con el cambio.

Feliz Año muchachitos.