Acabo de cumplir 16 horas despierta y me estoy acordando de un post que escribí hace un montón de tiempo en el que hablaba de una camiseta que se hizo mi hermana en el apogeo de su etapa grunge-malabarista en el que escribió una frase superlapidaria de la que me reí con muchísimo gusto durante bastante tiempo (el gusto por las sentencias plakaplaquísimas es familiar, claro).
“no quiero saber lo que piensas, miénteme” resume bastante bien mi sentir actual. No es porque realmente no quiera saberlo, de hecho me alegra la confianza. Es sólo que preferiría que pensases cosas bonitas. O que necesito un poco más de tiempo para asimilarlo y/u olvidarlo. O a lo mejor no tiene nada que ver con esto y debería prestar más atención a mi padre, que ya es la tercera vez que viene a mi cuarto esta tarde a preguntarme si no me parece que hablo demasiado sola ¿demasiado para qué?, y no, no estoy hablando sola, estoy riñendo al ordenador (la dignidad me rezuma por la cara y se descuelga por mi barbilla como una papada).
Un besín Sofi.