jueves, septiembre 30, 2004

(2ª entrega del boletín maite se está reservando para un artista guapo)

No es porque lo busque, simplemente a veces cobra importancia el hecho de que mi casa es como un piso de estudiantes, de los de primer año, de los que cuentan por la tele madres afligidas por la alimentación de sus criaturas e hijos que cuando se les mancha la ropa interior le dan la vuelta, y claro, me pongo a tono.
Si un día me levanto por la mañana para meterme pal cuerpo un desayuno de esos de tostadas, zumo y frutas variadas y lo único que encuentro es un brick de leche que sólo identifico como asquerosa mierda caducada y ácida a partir de la sexta galleta; si buscando un sustituto me doy cuenta de cual es la única posibilidad de tomar un nutritivo desayuno rico en cereales en esta santa casa; si clamando al cielo por mi situación (y sin atreverme a intimar con la cerveza a esas horas de la mañana) me doy cuenta de que aquí es bastante más fácil quedarse sin papel higiénico que sin hielos (y no digamos sin cerveza), entonces la única salida que se me ocurre es, evidentemente, sentarme ante la tele a ver vídeos musicales.
Especial Radio Futura de principios de los 80. Probablemente se merezcan la catalogación de lo peor de lo peor en videos musicales de la vida y del mundo, pero recordemos que yo no estoy para esas tonterías, que en mi papel de estudiante chillona se me ponen las hormonas como a Bea Lejía y sólo puedo ver a Santiago y decir: “mecagoenlamadrequeloparió ¿siguen fabricando ese modelo? quiero uno de mi tallaaaaaaaaaarrgghhh!!!!”. Y para eso estoy aquí. Quiero uno como ese. Lo antes posible. Me lo merezco. Además hace ná fue mi santo. Por si hay que encargarlo o por los problemas que puedan surgir en la distribución. Este año no necesito un pijama.

Muchas Gracias.

(Hermanitavenconmigo tienes un e-mail)

martes, septiembre 14, 2004

Bajo el Sol
(Melopea)

No seré feliz
Hasta que no pueda salir
Con todas las chicas que me gustan en verano
Que sean para mí
Todas, todas para mí
Que sus culitos pasen por mis manos
En verano todo me da igual
En bikini todas tan morenas
Bajo el sol

Sólo no puedo dormir
Necesito su calor
Y esa rubia que me está mirando
No tardará en decir ese de la tabla que bueno está
Soy peligroso cuando estoy borracho
En verano todo me da igual
En bikini todas tan morenas
Bajo el sol

En verano todo me da igual
En bikini todas tan morenas
Bajo el sol

Y es que lo canto con un entusiasmo que no puedo evitar acordarme de mi entrañable amigo Raúl, el que popularizó apelativos hacia mi persona relativos a mi estatura y garbo como serpiente alargada, el que cambió de acera cuando se dio cuenta de que cuando él alcanzase una edad razonable, Madonna no iba a ser más que un triste despojito. Claro está que un niño de 10 años que va a clase con eyeliner y botines de tacón cubano podría ser un profeta de la metrosexualidad, pero también podría no serlo.

En cualquier caso algo tenía de profeta porque aquí me encuentro yo, quince años más tarde, comprendiendo que guardar mi flor para David es una tontería, que no es que vaya a estar mayor cuando alcance mi madurez dentro de quince o veinte años, es que el pobrecito está de saldo ya. Aunque sea y haya sido el ser con más y mejor pose del mundo mundial. Y lo seguirá siendo, pero es que ya va dándome algo de grimilla, tan cóncavo él; casi es más despreocupado sentarme sobre una moto en mi barrio y soltar alegres obscenidades a las rubias que lo habitan.

Y sobre todo escuchadla, que os hará bien.

viernes, septiembre 03, 2004

Precisamente en ésta, en la quincena de oro, el Señor ha decidido llamar a Su lado a mi amado Photoshop. Lo ha juzgado digno.
Mientras yo me debato entre el orgullo y la pena, él juguetea como el inconsciente que es a la diestra del Señor, poniendo las nubes perdidas de añil. A su alrededor, los justos lloran inconsolables.

Pongámonos los chubasqueros y recemos una oración por su alma pixelada.
Sin memoria las cosas serían bastante más fáciles. De hecho yo solía ser así, los mohines de indiferencia me quedaban logradísimos; así la perdí, vaya. Y cuando crees que ya está todo logrado, recuerdas una fecha, una nadería, un cumpleaños. ¿que la podrías olvidar? Por supuesto, para eso están los desayunos: 20 minutos analizando la frase 44% de azúcares por cada 60% de albaricoque es casi garantía de éxito. Casi.
Afortunadamente, si no funciona, aún puedes recurrir a una concentración estudiantil rayana con el 100% (mentira podrida, mi máximo es el 40%), o intentar recordar el propietario de ese número de teléfono que no para de matraquearte en la cabeza (para luego descubrir que es tu DNI).
Pero ni así, oye. Al final todo el día mirando al suelo con aire de genio distraído (que no es por fardar pero cada día me sale mejor), porque ¿con qué cara felicitas el cumpleaños a alguien que no cree en la felicidad?

Y para quien sí crea y tenga ganas de cine El señor Ibrahim y las flores del corán, que es rebonita.

**mis agradecimientos a blogger por joderme una vez más el template taponándole la cabecera. ¡quiero mis hemorroides sangrantes de regreso, ya!!!