martes, septiembre 14, 2004

Bajo el Sol
(Melopea)

No seré feliz
Hasta que no pueda salir
Con todas las chicas que me gustan en verano
Que sean para mí
Todas, todas para mí
Que sus culitos pasen por mis manos
En verano todo me da igual
En bikini todas tan morenas
Bajo el sol

Sólo no puedo dormir
Necesito su calor
Y esa rubia que me está mirando
No tardará en decir ese de la tabla que bueno está
Soy peligroso cuando estoy borracho
En verano todo me da igual
En bikini todas tan morenas
Bajo el sol

En verano todo me da igual
En bikini todas tan morenas
Bajo el sol

Y es que lo canto con un entusiasmo que no puedo evitar acordarme de mi entrañable amigo Raúl, el que popularizó apelativos hacia mi persona relativos a mi estatura y garbo como serpiente alargada, el que cambió de acera cuando se dio cuenta de que cuando él alcanzase una edad razonable, Madonna no iba a ser más que un triste despojito. Claro está que un niño de 10 años que va a clase con eyeliner y botines de tacón cubano podría ser un profeta de la metrosexualidad, pero también podría no serlo.

En cualquier caso algo tenía de profeta porque aquí me encuentro yo, quince años más tarde, comprendiendo que guardar mi flor para David es una tontería, que no es que vaya a estar mayor cuando alcance mi madurez dentro de quince o veinte años, es que el pobrecito está de saldo ya. Aunque sea y haya sido el ser con más y mejor pose del mundo mundial. Y lo seguirá siendo, pero es que ya va dándome algo de grimilla, tan cóncavo él; casi es más despreocupado sentarme sobre una moto en mi barrio y soltar alegres obscenidades a las rubias que lo habitan.

Y sobre todo escuchadla, que os hará bien.