Durante la última semana quise comprobar lo que se siente siendo rey.
Ingredientes: una bandeja de plata. Procedimiento: dejar nada más levantarse el reloj y el monedero sobre ella y salir al mundo a pelo. Los resultados han sido algo confusos. Cierto es que me he sentido más alejada de la realidad, pero no me ha terminado de convencer. Para resultados más concluyentes habría que realizar el experimento llevando en todo momento una gorra de club náutico. Pero no soy lo suficientemente fornida. No hay huevos.
Sin desanimarme ante este fracaso, estuve planeando repetir la investigación con matices: en lugar de depositar mi efectos personales sobre una bandeja de plata lo haría dentro de una bolsa de esas transparentes que se cierran haciendo ziiiiiip mientras presionas con el índice y el pulgar (si alguien sabe el nombre de ese cierre...) y hala, expedición al mundo carcelario.
Es la primavera, que me vuelve creativa. También hago listas, como éstas:
Cosas peores que el aburrimiento: Elba la de GH y punto.
Cosas mejores: pueeees... ay, no sé, es muy difícil, estoo... pues como la canción de Los Planetas, ¿no?.