Este fin de semana no me viene nada bien postear. Jugando a ser
la chica que está al otro lado del microscopio desde el
jueves me aburro, claro, y dedico mi tiempo a leer y a compartir en la medida que me permite mi estatus de no humana el vértigo de
Sonao del
viernes, el aturdimiento de
diminuta del
sábado; con el corazón de cristal, como
Jean-Sol.