sábado, enero 24, 2004

Pero queriditos, al final la página es mía, y si toca chillar pues chillo, como una niña. Además no era algo particularmente apocalíptico de lo que quería hablar el otro día. Es sólo que me encuentro mal. Que me cuesta encontrarme, más exactamente. Que, como siempre, estoy viendo que va a llegar Marzo y no voy a saber cómo he llegado hasta allí.
Porque yo hiberno. Desde que me pongo la capucha en Noviembre hasta que el viento de Marzo me la saca a hostias. Y perteneciendo a una especie en la que lo habitual no es eso, el despertar es un poquito traumático, porque me despierto a cero, y ya no se trata de reconstruirme a partir de los restos del día anterior sino usando los despojos de hace cuatro meses, que ya ni son de mi talla ni nada (además de haber perdido el color y estar pasados y tal).
Así que con el tiempo quizá sea capaz de responder a cuestiones sencillas, tomar decisiones y tener un ocio sano. Y no mitificaré mis acciones y me levantaré de la silla de una puta vez.
Pero está bien, ¡la gran apertura se acerca!¡próxima etapa: Maite la prima y el mundo!