¿Alguna vez has hecho llorar a alguien? Sin tocar y sin hablar, o no tocando y en silencio. Yo sí, pero mi especialidad real es el lanzamiento de insignificancias bajo cero. Tengo puntería, directamente a la garganta, y luego a mirar como se les apaga la voz y desenfocan la mirada.
Justo a tiempo para mostrar mi justa indignación ante tamaña desproporción: “Perdona bonita, que yo no he dicho nada. Que tú seas una enferma de la connotación no tiene nada que ver conmigo, porque la carga se la has puesto tú”.
Mi maestro asegura que ya le he superado con creces, pero sé que sólo lo hace para que me sienta bien, aunque cada día estoy más cerca. Y sigo estudiando. Pip.