domingo, octubre 26, 2003

Hoy es el día. Estoy dejando de ser una chica del montón, liberándome de kilos de mediocridad, y hoy se está empezando a notar. Pero todo va demasiado rápido, porque desde que descubrí la palabra PLEPA he estado intentando aplicarla sin saber a qué (tengo un entorno idílico) y cuando se me ocurre wawawawaaaa! pues eso, que ya no vale, que se me pasó el arroz, que se me ha quedao pequeño pa usarlo en mí y pitipititipitipitipipipipi.
Si ha sobrevivido alguien a este arranque de autocompasión ADOLESCENTE, pues se lo ha ganado, va por ustedes, antes de que los cabezazos que me estoy dando contra la pared hagan saltar cachitos de seso al teclado y me lo atoren, ahí van unos instantes de emisión en abierto directamente desde mi cerebro:

A ver. Mmmm, no me sale. Tiene que ver con que llevo todo el día esperando a que venga alguien a pedirme perdón por las molestias causadas; no me refiero a alguien real, ni a molestias molestias, sólo quería un reconocimiento cósmico, una palmadita en los hombros o un pin, no sé, algo; y como inexplicablemente no se ha producido, pues hala, mohín al canto y pa que se joda mi sargento no ceno. O en este caso "me voy a dar un paseito sin paraguas", que viene a ser lo mismo. Y luego me he metido en el baño del cine y me he encontrado con la novia de un amigo, nos hemos enseñado los dientes y hala, a charlar:
yo: hombre Rubia, ¿que pasa?
Rubia: ahhh, holaaa...
las dos: oh, así que vamos a ver las dos la misma... ajá
Rubia: pueeees, la gótica se iba a venir conmigo, pero al finaaaal...
Y el final no lo he escuchado, me he dado la vuelta mientras mascullaba un "mñbs enga guapa, que nos vemos..." dejandola con la palabra en la boca, el índice en alto y una sospecha no del todo infundada de mi estupidez.

Y ya está, eso era, si antes no me quería ahora me va a querer ná y menos, y ni siquiera me ha dado gusto porque no lo he hecho por joder, es que me iba a estallar la cabeza. Y sigo estudiando.

Hasta aquí telefilme del cutre, era todo lo que necesitaba para emplear la punietera palabra de una vez plepaPLEPAplepa. He tardao lo menos tres años en encontrarle hueco pero aquí está, brillando para todos, con las jambas y las hampas en perfecto estado de revista. Un aplauso por favor.