Hoy toca autorretrato:
No soy cruel. He tenido a la gótica cara a cara pidiendo caña y no se la he dado.
De lo horriblemente costra que me parece, de su jeta de cobarde / diplomacia de hombre invisible, de lo feo, feo, feo y tonto, tonto, tonto que es... ni pío.
Bueno va, cruel sí. Lo que no soy es una verdulera.
También soy una macarra, que no pude evitar decirle que si me llegaba a pillar la semana pasada se cagaba. Y es que así no me va a querer nadie.