Si tu me vienes hablando de amor
Qué dura es la vida cuando se hace de día
Permíteme que te de mi opinión
Mira, imbécil, que te den por el culo
Me gusta ser una zorra...
Ayayayayayayayay ¡cabrón!
Prefiero masturbarme yo sola en mi cama
antes que acostarme con quien me hable del mañana
Prefiero joder con ejecutivos
que te dan la pasta y luego llega el olvido
Me gusta ser...
Dejando a un lado mi profesión ¡zorra!
Te ofrezco un deseo de corazón
voy a meterte un pico en la polla
Me voy a mear en tu cara de gilipollas
Me gusta ser...
(es La Cabra, que a las Vulpess no hay quien las entienda).
En mi guardería había una niña que se llamaba Ana Peritero. Sólo recuerdo eso: su nombre y su letanía “si soy tu amiga, no soy tu amiga, si soy tu amiga, no soy tu amiga...”, un loop de parte y reparte nunca antes visto con tanta precocidad.
En realidad del nombre no estoy segura, porque lo he mirado en la guía de teléfonos y ese apellido no existe, pero es lo que pasa cuando tienes la lengua de trapo y tu país no convoca concursos pa deletrear, que careces de incentivos.
El caso es que seguramente esa criaturita está en algún lugar dando por culo, y sería bonito saber de ella. Claro que, mientras la encuentro, me queda el consuelo de saber que no van a faltar los soplagaitas en mi entorno, y hacen juego con mi color de ojos.