Ayer por la mañana fui con C. a comprarle un regalito de cumple a machomalo (no puedo hacer nada, leche, que él insiste en que le llamen así).
Este C. es, a sus lustrosos treintaipico años, un jovencito que no ha superado sus lecturas de adolescente, una gótica sin depilar, vamos, y en los últimos tiempos ha adoptado la costumbre de mirarme con ojos de ternera y escribirme notitas y esas cosas, con lo que mi percepción de él ha empeorado sensiblemente.
Pues iba yo de paseito a Sol, que era donde habíamos quedado, y contándoselo a Marlon Brando cuando me di cuenta de que no me entendía ni papa y claro, tuve que empezar mi perorata de nuevo, esta vez con un valor patrio (Sara Montiel). Y jode, porque te vas encendiendo y escenificando convenientemente la historia pa ná, sólo para repetirla con una pava que me hace vivirlo todo in Tómbola's Way ¡¡¡¿¿una charlita distendida y cool es mucho pedir?!!!!.
Y a quien creyese que este post era para anunciar al mundo que aún no ha nacido la gótica que me lleve a la cama, que sepa que no, que es sólo un escrito a modo de nudo para recordar que tengo que dejar de hablar sola de una vez, porque en cuanto tus fantasías empiezan a obedecer a la lógica, malo.
(pero cierto es que no ha nacido).